Para iluminar el cutis y darle un brillo saludable, nada mejor que el iluminador. ¿Pero cómo elegirlo? Te damos las claves para encontrar el que necesitas.

Hace unos años se introdujo en el mundo de la belleza un producto milagroso: el iluminador. Muy popular entre los maquilladores, rápidamente se convirtió en un imprescindible en nuestros neceseres de maquillaje. Pero ¿por qué tiene tanto éxito el iluminador? Con la llegada del maquillaje llamado “natural”, una tez luminosa y un toque de luminosidad se han convertido en la norma para una tez perfecta. El iluminador es el producto ideal para ofrecer ese resultado brillante y resplandeciente (pero natural) que tanto nos gusta.

¿Cuáles son los diferentes tipos de resaltadores?

Si primero lo conocimos en forma de polvo, el iluminador evolucionó rápidamente para descubrirse en otras formas, cada una más práctica que la otra.

iluminador en polvo

Esta es la forma básica, la que probablemente encontrarás más fácilmente en los pasillos de belleza. El polvo para resaltar, como también se le llama, se puede encontrar en polvo compacto o en forma de perlas, y se aplica con una brocha abanico específica. Ahora lo encontramos en diferentes tonalidades (champán con tonos dorados, cobrizos, rosas e incluso azulados o morados) para combinar perfectamente con todos los tonos de piel y divertirte con el resultado. La ventaja del polvo es que es modular y puedes variar fácilmente la intensidad para conseguir una tez más o menos luminosa.

iluminador en crema

La versión cremosa es ideal para quienes gustan de jugar con las texturas. Lo ideal es alisarlo con los dedos para estirar el material. Dado que se mezcla perfectamente con la piel, el iluminador cremoso ofrece un aspecto mucho más natural que el polvo y, por tanto, puede utilizarse para el maquillaje diario. De hecho, incluso puedes usar un pequeño toque de iluminador para iluminar tu rostro, ¡sin tener que pasar por el proceso de maquillaje!

Iluminador líquido o fluido

El iluminador líquido o fluido también se puede utilizar como suero de brillo. Generalmente se encuentra en forma de tratamiento y base antes del maquillaje. Lleno de pigmentos nacarados o brillantes, el iluminador fluido se puede aplicar como un velo iridiscente por todo el rostro, justo antes de aplicar la base y el corrector. También se puede aplicar solo, ya que tiene la ventaja de difuminar ligeramente las imperfecciones para un cutis fresco en poco tiempo.

resaltador en barra

Ya lo venimos viendo desde hace un tiempo, el iluminador en barra está ganando terreno. Al igual que los rubores, viene en un pequeño tubo con un rodillo y se puede aplicar directamente sobre la piel. Este formato es práctico para llevar a todas partes para retoques inesperados. Se difumina fácilmente con una brocha para un look más o menos pronunciado.

• Para más detalles sobre la aplicación del iluminador, descubre nuestro artículo “ cómo aplicar el iluminador ” y ¡no te pierdas nunca el toque final para un cutis perfecto!

¿Cómo elegir tu tono de iluminador?

Cuando se trata de maquillaje, uno de los puntos más importantes a tener en cuenta para evitar un paso en falso es el tono de tu piel. Ya sea rubor, base, corrector o incluso iluminador, es mejor conocer el tono correcto de tu piel para elegir el color que combinará perfectamente. El iluminador viene en diferentes colores. Sus tonalidades se adaptan a los múltiples tonos que puede adoptar la piel.

Entiende tu color de piel

Es importante entender tu tono de piel para elegir el tono de iluminador adecuado. Si la piel es más bien pálida, unos tonos champagne, plateados o rosas quedarán perfectos. Si la piel es más oscura, un tono cálido, dorado, cobrizo o naranja puede combinar mejor.

Piensa en el tono de la piel.

Para elegir el iluminador perfecto, también es fundamental tener en cuenta el matiz de la piel. Si el matiz es cálido (dorado, oliva), un tono dorado o cobrizo quedará mejor incluso para pieles claras. Si el matiz es frío (azul, morado), un tono champán o rosa pálido puede funcionar mejor.

¿Cómo descubrir tu matiz de piel? La prueba es sencilla: yuxtaponemos dos tejidos (uno azul y otro naranja) cerca de la cara, si el tejido azul da un buen aspecto, el fondo es frío, si es más bien el tejido naranja el que revela el resplandor, entonces el fondo hace calor.

¿Deberías elegir tu iluminador según tu tipo de piel?

Como ocurre con todo lo que aplicas sobre la piel (incluidos tratamientos como crema de día, suero para ojos y protector solar), lo mejor es elegir tu iluminador según tu tipo de piel. Los diferentes tipos de piel tienen necesidades específicas y elegir el producto de maquillaje incorrecto puede ofrecer un resultado mediocre o incluso empeorar los problemas cutáneos existentes.

Cuando tienes la piel seca: a la piel seca le gustan las texturas en crema o líquidas. Estas fórmulas humectantes suelen tener ingredientes activos que cuidan la piel y ayudan a darle un brillo natural evitando al mismo tiempo una apariencia seca o porosa. Evitamos los iluminadores en polvo que pueden acentuar las zonas secas y dar una apariencia apagada a tu piel.

Cuando tienes la piel grasa: si la piel es grasa, es mejor utilizar un iluminador en polvo o una fórmula a base de gel. Estas texturas son más ligeras y es menos probable que contribuyan a la producción de sebo, lo que sabemos que puede provocar una piel más grasa. En este caso evitamos los iluminadores cremosos que pueden dar un aspecto graso a la piel.

Cuando tienes la piel mixta: si tu piel es mixta puedes elegir un iluminador en polvo, una fórmula líquida o en barra. Seguimos evitando los iluminadores cremosos que pueden acentuar las zonas grasas del rostro.

Cuando tienes la piel sensible: las pieles sensibles preferirán productos de maquillaje hipoalergénicos y no comedogénicos. Independientemente de la forma, lo principal es elegir un iluminador suave y sin perfume para evitar irritaciones.