Utilizado en medicina estética para tratar los signos del envejecimiento y la flacidez de la piel, el botox y el ácido hialurónico a menudo pueden confundirse. ¡Sin embargo, no actúan de la misma manera! ¿Cómo notar la diferencia? Hacemos balance.

La diferencia entre botox y ácido hialurónico

El Botox y el ácido hialurónico son tratamientos cosméticos inyectables que se utilizan para reducir los signos del envejecimiento y mejorar la apariencia de la piel, ¡pero funcionan de manera diferente!

¿Qué es exactamente el bótox?

El Botox, o toxina botulínica, es una proteína producida por una bacteria llamada Clostridium botulinum. Inyectado directamente en los músculos responsables de las líneas de expresión (como las famosas patas de gallo), las arrugas profundas y las líneas finas, el botox bloquea temporalmente las señales nerviosas que estimulan estos músculos, haciendo que se relajen y reduciendo la aparición de arrugas. Los efectos del botox generalmente duran de tres a seis meses.

¿Qué es exactamente el ácido hialurónico?

El ácido hialurónico es una sustancia natural que se encuentra en el cuerpo, particularmente en la piel y las articulaciones. Cuando se inyecta en la piel, rellena las arrugas y pliegues, aportando volumen a los pómulos, por ejemplo, y firmeza a la piel. A diferencia del botox, que actúa bloqueando las señales nerviosas, el ácido hialurónico actúa directamente sobre la piel, dándole volumen como un relleno.

En resumen, el botox (relajante muscular) y el ácido hialurónico (relleno) son tratamientos inyectables populares para reducir los signos del envejecimiento, pero funcionan de manera diferente. El Botox bloquea las señales nerviosas que estimulan los músculos responsables de las líneas de expresión, mientras que el ácido hialurónico aporta volumen y firmeza a la piel llenándola.

¿Cuánto duran los tratamientos?

El bótox y el ácido hialurónico son soluciones temporales que es necesario renovar si queremos prolongar sus resultados. ¿Cuánto dura exactamente una inyección de botox? ¿Qué pasa con el ácido hialurónico?

¿Para bótox?

El tiempo exacto que duran los resultados de las inyecciones de toxina botulínica diluida puede variar de persona a persona. Todo depende y varía dependiendo de diversos factores como: la zona tratada, la cantidad de producto inyectado, la fuerza muscular individual y la respuesta del cuerpo. De media, los resultados de una inyección de Botox suelen durar entre tres y seis meses.

Después de este período, los efectos del Botox comienzan a disminuir gradualmente y los músculos comienzan a reactivarse, lo que puede provocar la reaparición de líneas finas y arrugas en la zona tratada. ¡Es por eso que las inyecciones de Botox deben repetirse regularmente para mantener los resultados deseados! Es importante tener en cuenta que el Botox no proporciona resultados permanentes y las inyecciones deben ser realizadas por un profesional calificado para minimizar los riesgos y garantizar un tratamiento eficaz.

¿Para ácido hialurónico?

Al igual que con el botox, la duración del tratamiento con una inyección de ácido hialurónico depende de varios factores, entre ellos la zona tratada, la cantidad de producto inyectado, la calidad del producto utilizado, así como las características individuales del paciente como la edad, Estilo de vida y metabolismo. En promedio, los resultados de una inyección de ácido hialurónico duran entre seis meses y un año, mucho más que el botox.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunos pacientes pueden ver resultados aún más duraderos. El médico o profesional sanitario que realice la inyección podrá dar una estimación más precisa de la duración de los resultados dependiendo de su caso particular. Una vez más, al igual que el botox, es importante saber y comprender que los resultados de las inyecciones de ácido hialurónico no son permanentes. Como tal, las inyecciones periódicas son necesarias para mantener la apariencia deseada... Como ocurre con cualquier procedimiento cosmético, es importante discutir todos los riesgos y beneficios potenciales con un profesional calificado antes de tomar una decisión.

¡Ten en cuenta que un tratamiento con botox o ácido hialurónico no te impide continuar con tu rutina habitual de cuidado de la piel! Puedes (y debes) seguir cuidando tu piel utilizando tu sérum, crema o loción habitual. ¡Los productos ROSEGOLD formulados en gran medida de forma natural pueden ayudar en tu rutina!

¿Cuáles son los efectos secundarios de estos dos tratamientos?

Como todo, este tipo de tratamiento puede tener efectos indeseables y requiere respetar las reglas a seguir en los primeros días después de las inyecciones (en particular la lista de cosas que se deben evitar después de una inyección de ácido hialurónico o botox).

Es importante tener en cuenta los efectos secundarios antes de decidirse por uno u otro. En caso de duda, asegúrese de comentarlo con el médico estético responsable de realizar las inyecciones.

¿Para bótox?

• Moretones, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección
• dolores de cabeza
• Dolor o sensibilidad en el lugar de la inyección.
• Náuseas
• Debilidad muscular temporal

En casos raros, el Botox puede provocar efectos secundarios más graves, que pueden provocar exclusión social, entre ellos:

• Una reacción alérgica al Botox, que puede causar sarpullido, picazón, hinchazón o dificultad para respirar.
• Debilidad muscular excesiva, que puede afectar a los músculos no objetivo y provocar dificultad para tragar, hablar o respirar.
• Ptosis o caída del párpado superior, que puede afectar la visión.
• Dificultad para hablar o tragar.

¿Para ácido hialurónico?

• Hinchazón, enrojecimiento, hematomas o dolor en el lugar de la inyección
• Nódulos subcutáneos
• Picazón, hormigueo o ardor en el lugar de la inyección.
• Sensibilidad al tacto

Al igual que el botox, la inyección de ácido hialurónico puede causar efectos secundarios más graves, que incluyen:

• Una reacción alérgica que puede causar sarpullido, picazón, hinchazón o dificultad para respirar.
• Una infección en el lugar de la inyección.
• Oclusión vascular, que puede provocar necrosis cutánea o ceguera.